jueves, 24 de septiembre de 2015

Sakamichi no Apollon: del jazz al corazón

¿Cómo estáis, queridos lectores? Os escribe Nami.

Vale, mi pasada entrada la escribí aporreando el teclado y refunfuñando, así que, para compensar, hoy os traigo una review hecha con mucho fangirleo amor, porque voy a hablar de uno de mis animes favoritos, que me vi en dos o tres días poseída por el dios del anime, que cada capítulo se me grabó en el kokoro y que al finalizarlo estuve un buen rato con la mirada perdida sintiendo un inmenso vacío. Sí, ESE vacío que te indica que te has encontrado con una obra de arte (Claro que sí, la llamo obra de arte en el primer párrafo :D PORQUE PUEDO).


Hoy vamos a hablar sobre Sakamichi No Apollon (o Kids on The Slope, lo que prefiráis), un anime musical calificado como josei (aunque eso lo encuentro bastante relativo) en el que veremos la historia de tres amigos unidos por –tachán, tachán-  ¡el jazz! ¿Queréis más motivos para verlo, además de sus increíbles canciones? Bien, ¿os motiva si os digo que está ambientado en la preciosa isla de Kyusuu, a mediados de 1960? ¿Y si añado que el director del anime es Shinchiro Watanabe, director de Cowboy Bebop y Samurai Champloo? Seguid leyendo ;)

Al principio de la historia, vemos cómo Nishimi Kaoru, un chico que debido a sus frecuentes cambios de residencia no tiene amigos y se ha vuelto tímido e introvertido, encuentra en el verano de 1966 a dos personas que darán un giro a su vida: el macarra y violento Kawabuchi Sentaro y la amable delegada de clase, Mukae Ritsuki. La amistad empieza cuando Sentaro se entera de que Kaoru toca el piano y que solo toca música clásica, por lo que le reta a que toque una canción de jazz. Esto hará que Kaoru, en principio receloso, acepte el reto y se lance a la piscina de la improvisación.
Kaoru, Sentaro y Ritsuki

Bien, pasemos a analizar los puntos que hacen de él un gran anime:

Evidentemente, debemos hablar de la música
Personalmente no suelo escuchar jazz a menudo, aunque sea un género que me guste. Que no os eche para atrás si escucháis poco jazz, porque HAY TEMAZOS. Los momentos musicales no se hacen en absoluto pesados, todos están perfectamente conducidos y todos tienen un porqué. Veremos canciones que reflejan amistad, amor, ira, frustración y alegría. Y, sobre todo, disfrutaremos viendo tocar a los personajes. Y, os lo digo ya, habrá momentos tan épicos que os entrarán ganas de aplaudir (venga, a poneros las expectativas por las nubes). Por supuesto, el opening y el ending nunca los saltaba y creo que les fui ganando cariño (y fui entendiendo más su significado) tras cada capítulo.
El opening. La piel de gallina, señores.

Pasemos a hablar del gran pilar del anime: los personajes. 
Es sencillamente imposible que por lo menos uno de ellos no os caiga bien. En mi caso, todos me caen genial y a todos les cogí cariño. Es increíble cómo en solo 12 capítulos (Sí, ¡12!... Ya sabéis lo que voy a decir... ME HUELE A MARATÓN) desarrollan tan bien a casi todos los que aparecen, no solamente a los 3 principales (Quiero un Junichi en mi vida). Me cuesta muchísimo no hacer spoilers aquí, por lo que solo os diré que la historia de cada uno y su crecimiento merece la pena. Incluso me atreveré a decir que no es difícil sentirse identificado con alguno de ellos por cómo actúan o cómo piensan.

Éstos de aquí os dejarán con la boca abierta

En cuanto a la historia, es sencilla en principio, pero entre la música que nos encontramos y las joyas de personajes que tenemos, no nos dejará indiferentes. Hay de todo: amistad, amor, drama, rivalidad, frustración, sueños por cumplir y nuevas experiencias. La ambientación sesentera es como mínimo original (para mí es un punto muy a favor) y aprenderemos también sobre la situación política en Japón por aquel entonces. Por cierto, el final me fascinó completamente, sólo digo eso (Necesito seriamente comentarlo con alguien).
Sen dándolo todo

Por último, debo mencionar que este anime fue capaz de romperme el corazón en varias ocasiones pero también me hizo reír a carcajadas. Lo vi dos veces y la segunda vez lo disfruté aún más si cabe. Si habéis llegado hasta aquí dadle una oportunidad, vale mucho la pena a pesar de que pasó bastante desapercibido en su estreno.



¡Dejad de llorar ya con Shigatsu wa Kimi no Uso y corred a ver Sakamichi no Apollon!

Hacedme saber vuestra opinión en los comentarios ^^

-Namidere





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