miércoles, 27 de abril de 2016

FANFIC→ "Knots" — by SadLadyBug [3.4]

¡Hola a todos y bienvenidos al blog!

Os traigo la continuación del fanfic de Inuyasha, como cada semana. La verdad es que está siendo una temporada de mucha actividad en el blog, porque ha habido muchos estrenos de series y animes que vemos y comentamos. ¿Habéis empezado vosotros algún anime de esta temporada Primavera 2016? ¡Dejádmelo en los comentarios y sin duda le echaré un vistazo!


Sesshomaru siendo adorable por Mist Dancer


Y ahora, sin más dilación, vamos con la historia de Rin. 

[←Capítulo 3.3]

Knots — by SadLadyBug

Capítulo 3.4

"Hikaru..."

"¿Qué? Yo... Tú me gustas, Rin. Mucho. Y me gustaría pensar que yo a ti también. Sólo dime qué tengo que hacer y lo haré."

Tan sincera declaración casi la deja sin palabras, pero se las arregla para responder. "Es... Es más complicado que eso."

"¿Por qué? ¿Qué más me falta?"

Lo hace parecer tan simple: si dos personas se preocupan tanto la una por la otra deberían estar juntas, y eso es todo. Los sentimientos del joven son como una pequeña réplica de los pensamientos que había tenido Rin poco antes, y lo odia un poco por eso, por ser tan inocente e ingenuo. Pero más que eso, se odia a sí misma por no ser capaz de seguir adelante. Le gusta Hikaru, es cierto. Pero...

La mano de la muchacha toca el brazo de él. "Vamos a esperar y ver qué ocurre." Casi le dan un escalofrío sus propias palabras. "Al fin y al cabo, vamos a tener mucho tiempo para conocernos bien el uno al otro en primavera."

Él suspira, pero parece satisfecho por el momento. Tira de un hilo suelto de su pantalón. "Vale. De todas formas, sigo queriendo conocerlo, sólo porque parece ser alguien muy importante para ti."

Una triste risa escapa de los labios de la joven. "Ten cuidado con lo que deseas." Y suspira. "Créeme, lo reconocerías si lo vieras; destaca entre la multitud. Pero no está aquí, ni lo estará."

"Oh, bueno. No pasa nada. Quizás la próxima vez." Quizás la próxima vez. Las palabras le duelen, pero el dolor es mitigado por la cálida sonrisa de Hikaru. "Mientras tanto, ¿te gustaría bailar?"

Casi dice que no, resignada a quedarse sentada en un rincón, ahogándose en su autocompasión, pero el brillo en sus ojos es suficiente para convencerla. Y a él se le ve tan esperanzado. Tan feliz. Rin recuerda una época en la que ella se sentía igual: entusiasta, optimista, disfrutando del presente tal y como era. Pero desde hacía meses se había quedado atascada ante un incierto futuro mientras los días se sucedían uno tras otro, poco claros, sin que se diera cuenta. Una chispa de rebelión crece en su interior. ¿Por qué no debería divertirse un poco? Desde hacía meses las noches sin luna no le habían traído más que miseria, así que... ¿por qué no podía pasárselo bien por una vez? Estaba tan cansada de vivir entre quizás, puede, casi. Por esta noche, quería vivir el momento.

Él le ofrece su mano y ella la toma. Los callos de sus dedos son duros y su agarre es fuerte. Y a pesar de que al hablar parece tímido, sus pasos son seguros mientras la guía al espacio abierto para bailar. Las intenciones de él son claras — ¿no es eso un alivio? — y no está dispuesto a rendirse todavía. La conversación de Rin con Sango vuelve a su mente y sonríe. 

Encuentran un espacio entre los demás bailarines y él no duda en acercar sus cuerpos. La música es alegre y comienza a bailar, cómodo tocándola y dejando que ella lo toque. La visible expresión de alegría en su cara calienta el corazón de Rin y hay algo liberador en saber exactamente qué es lo que la otra persona quiere. La joven le devuelve la sonrisa, haciendo desaparecer la tensión. A pesar de que no se lo esperaba, se está divirtiendo. Ríe, fuerte y mucho, y se da cuenta entonces de que llevaba sin hacerlo mucho tiempo.

Así que bailan. Y ríen. Las estrellas salen y también salen los barriles de sake. Brindan por su buena salud y ven a los demás aldeanos divirtiéndose también. Kagome arrastra a Inuyasha para un último baile y él protesta otra vez. Pero después, cuando cree que nadie está mirando, tira de la muñeca de su mujer para plantar un suave y rápido beso en su sien. Rin sonríe. Es brusco la mayor parte del tiempo, sí, pero hay dulzura bajo la superficie. Quizás esa es la parte humana de él. Quizás un poco de humanidad es todo lo que Rin necesita.

Al acabar la fiesta, se derrumba sobre su futon como siempre, exhausta pero por una razón completamente distinta. Esta vez el cansancio es culpa de las risas y la emoción, no de preocupación y fatiga. Se siente bien. 

Se pone la ropa para dormir y ríe al recordar cómo Hikaru se había inclinado para besarle rápidamente la mano antes de despedirse y darle las buenas noches, con un guiño y la promesa de volver a verla en primavera. Casi declara la noche un éxito absoluto, pero entonces alarga la mano para coger su cepillo.

Su sonrisa desaparece con tan solo verlo, recordando un atardecer bajo el sol y largos mechones de plata. Recuerda manos suaves y respirar entrecortado y flores y el color de sus ojos.

¿En qué estaba pensando?

Los acontecimientos de la tarde regresan a su cabeza y protesta para sí, porque ha sido todo tan divertido, tan liberador. Pero una noche de diversión no borra meses de angustia, y un amable joven no reemplaza años de anhelo. Ese pensamiento es a la vez lógico y aterrados, porque induce a la pregunta: ¿Qué reemplazaría tantos años de anhelo? Si bien no una noche, ¿quizás diez? ¿Cien? ¿Toda una vida? ¿Qué sería lo suficiente?

Un temor familiar aflora desde las profundidades de su corazón: que esos tempranos años en su vida habían marcado todas las décadas que le quedaban por vivir, que aquellos años la habían arruinado de alguna forma. Que toda esa emoción que había pasado en su vida se había limitado a su infancia, una infancia que cada vez recordaba más borrosa, más oscura, dejándola vacía. Acercarse a un atractivo y herido demonio en el bosque había cambiado su vida, pero se le empezaba a hacer cada vez más difícil pensar que la había cambiado para mejor. 

Porque, ¿qué podría comparar con aquello? ¿Quién podría compararse con él? A pesar de todos sus encantos, Hikaru — y un centenar de jóvenes como él — sufrían de lo mismo que ella: eran humanos. Frágiles, corruptibles, mortales. Ordinarios. Ella había sido tocada por lo extraordinario, había superado lo imposible. Quizás se divirtiera con la compañía de los demás y encontrara amor y felicidad en otro lugar, pero jamás nada llenaría ese vacío, nada haría desaparecer esa sensación de que le faltaba algo, algo emocionante, seductor, atrevido.

Y además, una cancioncilla comienza a sonar en su cabeza, apenas una frase — la propia voz de su niñez, vivida alrededor de un fuego con un perro, un dragón y un sapo — Lord Sesshomaru no se ha ido, simplemente llega tarde.

No puede sacárselo de encima. Una noche de diversión — o un millar — no cambiarán esto, no aliviarán el deseo de su corazón. Es tan cierto ahora como lo era antes. Acerca el cepillo a su pecho y se siente avergonzada por haber dudado. Hasta que ella sepa que no es así — hasta que él le diga que no es así — esa verdad permanecerá. Ella puede esperar un poco más. Al fin y al cabo, sin duda él regresará antes de primavera, ¿verdad?

¿Verdad?

Se acurruca bajo sus mantas y se tapa hasta la barbilla para abrigarse del frío de otoño y cayendo en un irregular sueño. 




¡Hasta aquí por hoy! ¿No os alegráis un poco de que Rin se lo haya pasado un poco bien entre tanta angustia? Si yo estuviera ahí iría a Sesshomaru a decirle cuatro cosas (Ok, no, me miraría y me caería muerta al suelo)

La semana que viene volveré con más fanfic, espero que esta parte os haya gustado. ¡Dejadme vuestras impresiones en los comentarios!





2 comentarios:

  1. Con una ganas de decirle un par de cosas a Seeshoumaru pero tmb terminaria n suelo, muerta. xD
    Me a congoja el corazón cer como sufre Rin. Ella merece ser feliz pero, sabenos bien, que Sesshoumaru es su vdd felicidad. Tanto años esperanza en sus cabellos blancos...
    Rayos, estos dos les encanta hacerse la vida dificil!!!
    XD
    Al diablo! Que vaya por ella y que la robe como se hacia antes. Si señor!

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    1. Es que los dos le dan taaaaantas vueltas a las cosas y ninguno de los dos muestra sus verdaderos sentimientos, así es imposible aguantarse! >____<

      Contenta de verte por el blog de nuevo♥

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